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Hay preguntas que te acompañan toda la vida.
A Vicky, su padre le hacía una desde que era niña:
“¿Tú eres feliz?”
Esa frase sencilla se convirtió en el hilo invisible que atraviesa esta película. Una pregunta que se hace y se responde en miradas, en gestos, en risas.
Vicky y Pablo se casaron en el Huerto de San Rafael, un lugar lleno de luz y vida. Desde el primer momento, todo fue energía. Los primos de Vicky (imposible no mencionarlos) llenaron la boda de una energía desbordante, de esas que hacen que cada plano cobre ritmo propio.
Esta boda no fue solo una fiesta. Fue una afirmación.
Una respuesta clara y directa, a aquella pregunta que su padre le hacía de niña.
Sí, Vicky.
Eres feliz.
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